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martes, 13 de mayo de 2014

Amar Berlin con un miedo en las rodillas. Acerca de "La chica de seda artificial" de Irmgard Keun.

Irmgard Keun

He disfrutado mucho leyendo "La chica de seda artificial" (Das kunstseidene Mädchen), novela de la escritora alemana Irmgard Keun publicada en el año 1932. Yo he accedido a la obra en alemán, un fantástico librito rosa de la editorial Klett que me ha amenizado unos días que he pasado en el hospital, pero podéis encontrarla traducida al español por la Editorial Minúscula aquí. Los libros de Keun, escritora de éxito durante la república de Weimar, fueron secuestrados y prohibidos por los nazis a partir de 1933, y tuvo que exiliarse del país hasta que en los años 40 volvió ilegalmente bajo una identidad falsa, lo cual fue facilitado porque las autoridades habían reportado erróneamente su muerte. Éstas son suficientes trazas como para suponer que la vida de Irmgard Keun haya sido trepidante, pero hay más: nacida en Berlín, estudió Interpretación en la Escuela de Actores de Colonia a los 20 años y a los 26 y 27 se publicaban sus dos primeras novelas, mantuvo una relación con el escritor austríaco Joseph Roth, y fue apoyada por sus colegas de profesión Alfred Döblin y Kurt Tucholsky y amiga de Stefan Zweig y Heinrich Böll entre otros. Sin embargo, tras su exilio y vuelta ilegal a Alemania, ya casi nadie hablaba de su trabajo: no fue hasta los años 80 que los escritores y lectores alemanes recuperaron su obra y ahora se la considera una de las precursoras de la Nueva Objetividad/ Realismo Social (Neue Sachlichkeit), con un estilo más distanciado que el del Expresionismo. Posteriormente también se la considera escritora del exilio (Exilliteratur) ya que escribió parte de su obra entre Bélgica y los Países Bajos. 


Pero voy a ir ya al grano acerca de lo que más me ha gustado de esta novela: Su protagonista y las observaciones que ésta hace de la relación entre hombres y mujeres. 

Doris tiene 18 años y ha tenido que escaparse de su ciudad de provincias hasta Berlín. No conoce a prácticamente nadie en la ciudad y pese a su juventud, está ya muy quemada en el amor y ha pasado alguna que otra mala experiencia trabajando en el teatro (a pesar de que llegaba a llenar las gradas sólo con la asistencia de sus amantes), porque sí, la ambición final de Doris es la de convertirse en una estrella. Pero mientras el éxito llega, Doris necesita comer y pagarse algún sitio donde dormir, así que comparte sus noches con hombres , como en su momento tuvo que hacer su madre. Ella se considera inculta, pero es intrépida y analítica y apunta todo lo que le pasa y lo que observa en un libro-diario que en un momento dado llegará incluso a enseñarle a su amante favorito (algo que me hace acordarme de la relación sexual y artística que mantenían Anaïs Nin y Henry Miller, ella también le enseñaba la escritura de sus diarios como búsqueda de aprobación y a modo de cúlmen de la apertura emocional). Doris va a todas partes con su abrigo de piel, porque quiere diferenciarse de las prostitutas de la calle y hacerse pasar por una "dama". Le encanta que los hombres la inviten a comer y a beber y le compren ropa cara y bonita. Lo curioso de Doris es que es capaz de analizar el sistema machista del que forma parte, en el que las mujeres no tienen acceso al poder si no es porque los hombres se lo ceden momentáneamente a cambio de su cuerpo y su belleza, pero al principio no quiere y después no sabe salir de él.

Colleen Moore, actriz de cine mudo a la que Doris dice parecerse

"Porque a la que depende sólo de los hombres le va mal"
 "Quien quiera tener éxito con los hombres debe dejarse pasar por tonta"
 "El amor es que coincida que estéis borrachos juntos y tengáis ganas el uno del otro y lo demás son pamplinas"
 "El mejor regalo para una mujer por parte de un hombre es que ésta pueda ser buena con él"
 "Y se puede siempre escuchar a una chica cuando habla de quién fue su último novio, ya que está hablando el idioma de su profesión"
...
Doris no es una feminista, o quiere serlo pero no sabe cómo, o detestaría que la llamasen así aunque por dentro lo sea... Es difícil de definir. Es una mujer a la que le falta mucha formación y que se moriría antes de dejar de lado su pose de coqueta y seductora, pero por otro lado los palos que le sigue dando la vida hacen que quiera mejorar como persona, y conseguir su educación, independencia económica y autonomía. Pero su dependencia emocional con los hombres la quiebra y debilita, desviándola del camino hacia el empoderamiento que tanto busca y le hace falta. La novela está poblada de mujeres que luchan, que trabajan duro y que se relacionan entre sí: a veces de manera envidiosa y competitiva, a veces dejando atrás estos antiguos patrones de comportamiento y colaborando entre ellas.

Actriz que dió vida a Doris en una representación teatral de 1999 

Es imposible no cogerle cariño a Doris que, aunque venda su cuerpo, por dentro su alma de niña la hace ser hipersensible a la belleza humana -masculina y femenina- y vulnerable al mundo que la rodea, con un estilo naïve con el que describe situaciones sociales desde una posición distanciada. El estilo general del libro es muy ameno y ágil, con un lenguaje directo y cargado de humor. Interesantes son también sus observaciones acerca de la diferencia de clases y la desigualdad social, como cuando dice 

"Cuando una mujer joven con dinero se casa con un hombre mayor por dinero y por ninguna otra razón más, y se acuesta con él durante horas y mira piadosamente, entonces es la madre de niños alemana y una mujer decente. Cuando una mujer joven sin dinero se acuesta con uno sin dinero, porque él tiene una piel suave y le gusta, entonces es una puta y una cerda".

La profesión que ejerce Doris tampoco la exime de que se considere digna de poder escoger un trabajo que le haga sentir cierta dignidad, dentro de lo que cabe. Después de que uno de sus amantes le propusiera que dejase de hacer lo que hacía para ponerse a limpiar en casas y a cuidar niños, ésta se niega en rotundo y nos traslada unas reflexiones interesantísimas acerca de la moral del trabajo, acerca de no trabajar desde el miedo a perder la propia existencia y de tener el derecho a trabajar en algo que produzca un mínimo de disfrute personal.

Fotograma de "La caja de Pandora", película de 1929 del director G.W. Pabst y protagonizada por Louise Brooks, que da vida a una prostituta. (¡¡Película muy recomendable!!)

Esta novela de Irmgard Keun refleja también muy bien la sociedad de la república de Weimar, en la que la crisis económica y el desempleo son el denominador común entre una población desencantada tras la primera guerra mundial. Muchos de los personajes que se cruzan con Doris están en paro o buscándose las habichuelas como mejor pueden, y ciertos toques de antisemitismo -un hombre llega a rechazar a Doris cuando piensa que ésta es judía- anuncian la llegada de la segunda guerra mundial. Hay por ahí también algún escritor altanero e impertinente que representa a la intelectualidad berlinesa, un director de teatro que considera que "el arte se ha proletarizado", muchos borrachos, vida nocturna, fiestas de emigrantes, melopeas con desconocidos... Una ciudad de Berlín empobrecida y hostil será sin embargo en muchas ocasiones el refugio para una Doris vagabunda y triste, que recorre sus calles empapándose de su nuevo acento y buscando el siguiente hombre que la financie y le rompa el corazón: puede que el amor que siente hacia Berlín sea el único en el que siempre podrá seguir creyendo.



jueves, 1 de mayo de 2014

Parto Lírico en Ourense


Mañana estaré por aquí recitando/cantando/berreando junto a la música de Esposa (Cibrán y Xacobe) y otra muchachada muy prometedora. Será en El Pueblo Café Cultural (Ourense), evento promocionado por Discos Porno.