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viernes, 29 de noviembre de 2013

Me pregunto si nuestra historia es oscura. Sobre "Malina" de Ingeborg Bachmann

Ingeborg Bachmann por Liselotte Watkins

Malina (1971), de la escritora austríaca Ingeborg Bachmann, era una lectura pendiente para mí desde que el curso pasado 2012-2013, estudiando en la Universidad de Bremen, nos mandaron leer su Simultan -narrativa breve- para la asignatura Plurilingüismo Literario (Literarische Mehrsprachigkeit). 

Con ella me adentré en el mundo de unas voces narrativas femeninas inteligentes y brillantes aunque tremendamente inseguras, en lucha constante entre la necesidad de presencia masculina en sus vidas y el deterioro que ésta en ellas produce. Porque sí, la voz de Simultan se parece bastante a la voz del Ich (Yo) que se encarga de la narración de Malina.

Malina es un libro acerca de la destrucción de lo femenino. Acerca de cómo las figuras masculinas que la acompañan, Iván -su amante- y el propio Malina, figuras que disfruta y necesita, moldean e influyen en el Yo femenino, llevándolo eventualmente a su propia destrucción. 

Presenciamos la disgregación de un individuo potencialmente andrógino en el que, turbado por la presencia de estas masculinidades estereotípicas y fuertes, su parte masculina -la razón, la productividad- acaba tomando el control y matando su parte femenina -el sentimiento, la autodestrucción-.

¿Quién es Malina? Es el compañero de piso del Yo (la voz narrativa). Se asume que no es ninguna persona física y real, sino una representación ficticia que haría el Yo de su parte masculina, una exteriorización de la división de su identidad.

Esta disgregación de la identidad se transluce también en la forma y estructura de la propia novela: ésta experimenta con un collage de géneros literarios, introduciendo a los personajes al principio a la manera teatral con un dramatis personae, dejando después que el yo se explaye en un monólogo interior, interrumpido por conversaciones de teléfono caóticas e inacabadas, conversaciones psicoanalíticas, cartas, una entrevista, sueños y el cuento simbólico de la princesa de Kagran, que simbolizaría la esperanza y la visión de un futuro utópico, en el cual I. Bachmann admitiría creer firmemente en declaraciones posteriores.

Es una novela compleja, interesante desde el punto de vista de la forma y de la temática de la identidad y el feminismo.

Yo he accedido a ella a través de la versión original en alemán, pero podéis encontrarla traducida al español en la Editorial Akal

1 comentario:

  1. La verdad que tras tu artículo sobre esta novela obligas a leerla.

    Bienvenida al mundo blogger, ha sido un placer leerte y prometo volver.

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