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miércoles, 26 de marzo de 2014

Balada de la vida exterior. Un poema de HUGO VON HOFMANNSTAHL

© Carlos Nunez

Aquí traduzco un poema de Hugo von Hofmannstahl que me ha parecido que realmente merece la pena pararse a leer:


Balada de la vida exterior

Y los niños crecen con los ojos profundos,
que no saben de nada, crecen y se mueren,
y los humanos prosiguen su camino.

Y frutas dulces crecen de las frutas amargas
y caen de noche como pájaros muertos
y yacen unos días y se pudren.

Y siempre sopla el viento, y siempre de nuevo
percibimos y decimos muchas palabras
y sentimos el placer y el cansancio del cuerpo.

Y las calles corren a través de la hierba, y hay ciudades
aquí y allá, llenas de antorchas, árboles y estanques,
y amenazantes, y mortalmente marchitas...

¿Para qué se han construido, y nunca
se asemejan, y son innumerables?
¿Qué cambia reír, llorar, palidecer?

¿De qué nos sirve todo esto a nosotros y a estos juegos
en los que estamos sin embargo inmensa y eternamente solos
y caminando ya no buscamos meta alguna?

¿De qué sirve, de manera parecida, haber visto muchas cosas?
Y a pesar de todo dice mucho el que dice "tarde"*
una palabra de la que mana un sentido y tristeza

como miel pesada de los panales huecos.

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*"tarde" de la palabra Abend, queriendo decir el momento del día desde el mediodía hasta el anochecer y no que algo sucede fuera de tiempo.

Versión original aquí

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